El deterioro de la musculatura pélvico-perineal, sobre todo después del parto y al alcanzar la menopausia, es un problema en aumento y especialmente complicada entre la población femenina. Lamentablemente es una patología mucho más común de lo que pensamos, así como desconocida.
Aunque es una patología común a ambos sexos, tan solo afecta a un 10% de la población masculina.
Algunos de los factores que predisponen a sufrir esta patología son: la obesidad, el estreñimiento crónico, la maternidad, la edad, la tos crónica y la propia constitución.
Los principales órganos que se verán afectados por la falta de tono muscular en el suelo pélvico serán los que componen el sistema genita-urinario, lo que puede provocar, entre otros, incontinencia urinaria, anal y disfunciones sexuales.
Evidentemente, son los expertos en salud los que tienen que valorar en qué estado se encuentra tu suelo pélvico, especialmente si padeces pérdidas de orina, sientes debilidad en el suelo pélvico que impide mantener su contracción, dolores pélvicos o prolapsos (descenso de órganos).
Aún así, el método pilates es un firme aliado en la prevención de la debilidad del suelo pélvico y mejora del mismo, ya que en pilates trabajamos la musculatura abdominal, lumbar y la pélvica entre otras.
Desgraciadamente no todos los instructores de pilates, saben integrar el suelo pélvico en sus ejercicios. Te invito a una clase de prueba para que puedas experimentar cómo se trabaja y fortalece el suelo pélvico.
No obstante, insisto en que si experimentas pérdidas de orina, o no sientes la contracción, un especialista debe valorarte antes de cualquier actividad física.
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